MACRO
Situación en China: Aceleración del PMI
- En octubre, el PMI compuesto de China subió a 50.8, superando los 50 puntos que indican expansión económica y mostrando un crecimiento respecto a la lectura de agosto (50.4). Este aumento está impulsado principalmente por el sector manufacturero, cuyo índice subió a 50.1 desde 49.8 en septiembre, un reflejo de una estabilización en los pedidos recibidos y una mejora en la confianza de los fabricantes (que pasó de 52.0 a 54.0).
- El sector servicios también mostró un avance, con el índice creciendo de 50.0 a 50.2 debido a una estabilización en las exportaciones y mejores expectativas sobre la actividad empresarial. Estos resultados son una señal de que la economía china está logrando una recuperación gradual, aunque sigue enfrentando desafíos externos como la demanda global.
Inflación en la Eurozona
- La inflación al consumidor en la Eurozona experimentó un aumento mensual del 0.3% en octubre, impulsando la tasa anual a 2.0%. Este incremento se atribuye a una menor caída en los costos energéticos (-4.6% anual frente a -6.1% en septiembre) y un aumento en los precios de alimentos, alcohol y tabaco (que pasó de 2.4% a 2.9%).
- La inflación subyacente anual, que excluye alimentos y energía, se mantuvo estable en 2.7%, un nivel que superó las expectativas de los analistas (2.6%). Este indicador subraya una persistencia inflacionaria en la región, especialmente en componentes menos volátiles, lo cual es una preocupación para el Banco Central Europeo, que podría considerar ajustes en su política monetaria para garantizar la estabilidad de precios.
Inflación y Gasto en EE.UU.
- En EE.UU., el índice de gasto en consumo personal (PCE), un indicador clave de inflación para la Reserva Federal (FED), mostró un incremento anual del 2.1% en septiembre, inferior al 2.3% registrado en julio. Esta desaceleración está impulsada principalmente por una caída en los precios de la energía (-8.1% en comparación con -5.0% en el mes anterior) y una reducción en el costo de bienes (-1.2% en comparación con -0.9%).
- Por otro lado, la inflación PCE básica, que excluye alimentos y energía, aumentó un 0.3% mensual y 2.7% anual, justo por encima de la expectativa del mercado de una desaceleración a 2.6%. Esta leve alza en la inflación subyacente es una señal de persistencia inflacionaria, que junto con el aumento del gasto personal (que se aceleró de 0.3% a 0.5% en septiembre) podría llevar a la FED a mantener su política de tasas altas, al menos hasta consolidar una tendencia estable en la inflación hacia su meta del 2%.
Contexto en Colombia: Decisión de Tasa del Banco de la República
- Finalmente, en Colombia, el Banco de la República redujo la tasa de política monetaria en 50 puntos básicos, alcanzando el 9.75%. Esta decisión, alineada con las expectativas de los analistas, refleja un intento de equilibrar el crecimiento económico con el control inflacionario.
- A pesar de que cuatro miembros de la Junta Directiva apoyaron esta reducción, otros tres votaron por un recorte más agresivo de 75 pbs. Las presiones inflacionarias podrían aumentar debido a la apreciación del dólar frente al peso colombiano, la caída en los precios del Brent y la incertidumbre fiscal en Colombia.
MICRO
El día de ayer, buscando buenas noticias para complementar nuestro análisis, vimos cosas insólitas: la multa de Rusia a Google por más dinero que el existente en la tierra, una cifra imposible, absurda. En medio de este vaivén de exageraciones y noticias que rozan la fantasía, una información llamó nuestra atención con un peso particular. Exxon, el titán estadounidense del petróleo, acababa de anunciar la venta de su última refinería en el Mediterráneo, la planta de Fos-sur-Mer en el sur de Francia. Para muchos, una transacción más en la economía global. Pero para nosotros y Rentas especialmente, esta noticia representa mucho más que una simple reestructuración corporativa. Es el símbolo de un cambio silencioso, casi invisible, que poco a poco redefine el papel de las grandes petroleras en el escenario europeo.
Imaginemos por un momento la magnitud de esta decisión. Durante décadas, Exxon ha sido una presencia incuestionable en Europa. La planta de Fos, con su capacidad para procesar 140,000 barriles al día, era un pilar en su red de suministro y un símbolo de la hegemonía energética estadounidense en el Viejo Continente. Pero esa era, al parecer, está llegando a su fin. La venta de la refinería a un consorcio liderado por Trafigura y Entara LLC es, en muchos sentidos, un retiro calculado. Europa ya no es el mismo mercado vibrante y en crecimiento para los combustibles fósiles. Al contrario, es un continente en plena transición energética, donde la demanda de petróleo pierde brillo mientras el interés por la energía limpia gana impulso día a día.
Podríamos imaginar que esta venta es simplemente una maniobra financiera para recortar gastos, reducir el peso de las regulaciones y optimizar operaciones. Pero hay algo más profundo detrás de esta decisión. Exxon está empezando a reconocer que, en un continente cada vez más comprometido con la sostenibilidad, la presencia de una refinería de crudo no solo es menos rentable, sino también menos aceptada. Con cada nuevo objetivo de reducción de emisiones y cada avance en energías renovables, la presión para adaptarse o reducir la dependencia del petróleo se hace innegable.
El consorcio que adquirió la planta de Fos no es cualquier grupo. Liderado por Trafigura, uno de los mayores comerciantes de materias primas a nivel mundial, y respaldado por Entara LLC, la operación tiene el sello de quienes saben ver oportunidades en lugares donde otros ven carga. La refinería no dejará de operar; seguirá produciendo y suministrando combustibles, pero ahora bajo un modelo diferente, uno en el que Exxon ha optado por soltar las riendas operativas mientras asegura un suministro a través de un acuerdo de largo plazo. Es una jugada calculada: menos exposición a riesgos y regulaciones, pero sin cortar el flujo de producto.
Imaginemos la escena: los ejecutivos de Exxon, tras analizar proyecciones y calcular riesgos, saben que Europa, con su demanda en descenso y sus estrictas regulaciones, es una región cada vez menos amigable para su modelo de negocio. Entonces deciden vender, desprenderse de una operación que alguna vez fue estratégica. La decisión de vender Fos es, en el fondo, una especie de despedida a un modelo de negocio que encuentra cada vez menos espacios en el mapa.
Y aquí es donde cobra vida el contraste: mientras Europa aprieta el paso hacia un futuro más verde, Exxon parece estar optando por una retirada táctica, como un general que, al ver su posición flaquear, redirige sus tropas hacia tierras donde la resistencia es menor. En el fondo, la venta de Fos no es solo una venta; es una respuesta a un continente que le dice a las grandes petroleras que su tiempo es finito. Es la aceptación de que el petróleo, en este rincón del mundo, comienza a ser una industria del pasado.
¿Es esta la estrategia correcta? Desde una perspectiva estrictamente financiera, Exxon reduce costos y evita el desgaste que implica enfrentarse a las estrictas políticas ambientales de Europa. Sin embargo, también deja un vacío en una región que alguna vez dominó. ¿Estamos ante el inicio de una retirada general de las grandes petroleras estadounidenses en Europa? No lo sabemos con certeza, pero lo que es seguro es que esta venta tiene un eco simbólico. Exxon, uno de los gigantes que personifica la era del petróleo, está cediendo terreno en un continente que busca con ansias liberarse de él.
La historia de Fos no termina aquí. Bajo su nuevo propietario, la planta seguirá operando y suministrando combustible, pero el peso de la salida de Exxon persiste. Quizás, dentro de unos años, miremos hacia atrás y recordemos este momento como el punto en que las grandes petroleras empezaron a desvanecerse en Europa, dejando espacio para un futuro más limpio y, posiblemente, más incierto. Y así, entre noticias imposibles y sanciones surrealistas, este movimiento se convierte en una advertencia silenciosa de que el tiempo de las viejas estructuras se agota. Fos es solo un capítulo, pero marca el comienzo de un cambio que promete transformar para siempre la narrativa energética de Europa.
Referencias:
BEA
BANREP
Fin.